pregunta¿INVITAR O TRANSMITIR LA FE?
“Invitar hoy a la fe” en el Instituto Superior de Pastoral
JOSÉ LUIS SEGOVIA, director del Instituto Superior de Pastoral, jsb45678@gmail.com
MADRID.

ECLESALIA, 15/01/13.- Se transmiten la masa hereditaria, los títulos-valor, incluso las enfermedades infecto-contagiosas… Pero cabe preguntarse si “la traditio”, tan propia del lenguaje jurídico y acto por el que se consuman los negocios de esta naturaleza -por ejemplo, la compra-venta-, es la forma más afortunada de hablar de la experiencia de Dios. Naturalmente, todo lenguaje es equivoco para hablar de su Misterio y cada opción inevitablemente tiene sus pros y sus contras. Por eso, en la XXIV Semana de Teología Pastoral que se celebrará del 29 al 31 de enero, queremos reflexionar, debatir y celebrar acerca de “invitar hoy a la fe”. Nos ha parecido que la “invitatio” nos aproxima más a la iniciativa de Dios y a la dinámica del don que acontece en la experiencia religiosa. Es más respetuoso con un acontecimiento cuya iniciativa es de Dios y que habita en el interior mas intimo del hondón humano… Es una experiencia y, como tal, es vivible, experimentable, contagiable, invitable… Pero no es transmisible como un título-valor o un burofax.

xxiv semana de teología pastoralLa invitación tiene en cuenta el aquí y ahora de la persona convocada, parte de sus anhelos y expectativas. Hay algo de lo convocado que está ya presente en las profundidades de quien fue invitado y que le impele a aceptar la “invitatio” como algo que le completa y perfecciona; por el contrario, la “transmisión”, mal comprendida, podría convertirse en algo extrínseco, abstracto, ahistórico… incluso formalista e institucional. No tiene en cuenta que hay mucho de lo convocado que está ya presente en el invitante y en el invitado. Dicho en corto y por derecho: ¡Dios estaba ya allí cuando pretendíamos “llevarlo”! En esto también vale: “antes de entrar, dejen salir”… En la invitación, además de la seducción de lo valioso que se ofrece a ser experimentado, se pone en juego la condición de quien invita. En efecto, voy de invitado/a si me fío del invitante… Las actitudes y la credibilidad del que me invitan me ayudan o me impiden aceptar la oferta. Digamos que la invitación sirve también para cuestionar a quien invita, mientras que la transmisión se centra en el “objeto” transmitido de una forma más ahistórica y descontextualizada. De ahí que sea tan importante en la invitación a la fe su credibilidad, su significatividad evangélica y la visibilización y percepción real y simbólica que se tengan de la Iglesia que convoca.

Nos preocupa el mundo de la increencia y de la indiferencia religiosa. Por eso, en el Año de la Fe, vamos a dedicar varias ponencias a los preámbulos de la fe, a las condiciones de posibilidad de la invitación a la misma y de su acogida. También nos concierne superar ciertas “sorderas” ante los clamores de nuestro mundo y los signos de los tiempos que en él están aconteciendo. Lo mismo se diga de qué y cómo hacer procesos de invitación a la fe y de acompañamiento a quienes se van adhiriendo a la misma. Es importante ver qué y cómo hacer de puertas afuera y de puertas adentro de la Iglesia con los que van respondiendo a esta invitación. De todo esto y de mucho más, con un enfoque eminentemente pastoral, queremos tratar en esta Semana en ponencias, mesas redondas y debates. Desde casi un cuarto de siglo, muchos buenos cristianos y cristianas de muchos puntos del Estado español y de Portugal nos juntamos, reflexionamos y rezamos. Este año haremos lo mismo con renovada ilusión. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

PROGRAMA DE LA XXIV SEMANA DE PASTORAL